jueves, 31 de marzo de 2011

TRIBUS URBANAS

TRIBUS URBANAS
Una tribu urbana es un grupo de gente que se comporta de acuerdo a las ideologías de una subcultura, que se origina y se desarrolla en el ambiente de una urbe o ciudad.
Las tribus urbanas se caracterizan por mantener una estética similar entre varios individuos de la misma tendencia. Suele ser acompañado convicciones sociopoliticas o creencias religiosas o de carácter místico, dependiendo del movimiento o tribu urbana perteneciente.

PROBLEMAS QUE AFECTAN TU COMUNIDAD

PROBLEMAS DE LA COMUNIDAD
CONSANGUINIDAD
• Violencia familiar
• Promiscuidad
• Desintegración familiar
• Desocupación

DE LUGAR
• Inmigración
• Emigración
• Hacinamiento
• Invasión


 
DESVIACIÓN SOCIAL:
• Discriminación
• Grupos excluidos
• Pandillaje y drogadicción
• Secuestro

INSTITUCIÓN
• Corrupción de autoridades
• Falta de liderazgo
• Mala distribución de la riqueza
• Informalidad
• Falta de un plan de desarrollo urbano
 
COMUNIDAD EDUCATIVA
• Bajos sueldos
• Conflictos entre sus miembros
• Conformismo
 
ESPIRITUAL
• Depresión
• Baja autoestima
• Suicidio
• Desaliento
• Desamor

EDUCACION SEXUAL



Algunos consejos:

•   Cuando estés con tu hijo o hija no te conviertas en una fuente de información biológica. Aprovecha ese momento en que se acerca a ti, para que sienta que tiene la libertad de manifestar todas sus dudas, porque tiene la seguridad de encontrar en ti su gran confidente. Esto te exige un respeto infinito hacia su intimidad.

•   No busques momentos forzosos. Se puede hablar de sexo en cualquier momento y lugar. Para que tu hijo se sienta cómodo no necesita el espacio creado por ti, sino el espacio que él elija. Cualquier tema, por sencillo que sea, puede ser el abrebocas para una charla descomplicada y sincera. Pero lo más importante no es lo que hablamos, sino el modelo que mostramos. Nuestro propio comportamiento como mujeres es la mejor conversación que podemos tener sobre sexo.

•   Si nuestro hijo ve cómo nos queremos, cómo nos respetamos, cómo nos cuidamos y cómo tomamos decisiones en beneficio nuestro, “hablar de sexo” no es tan urgente. Con frecuencia decimos cosas que no mostramos, mandando mensajes ambiguos y generando confusión en nuestros hijos.

•   Bríndale a tu hijo lo que los medios, el aula o los amigos no le pueden brindar. Bríndale amor, comprensión y apoyo incondicional. Fortalécelo en valores que creas son pilares para estructurar un proyecto de vida exitoso. La fidelidad, el amor, el respeto hacia el otro y hacia sí mismo, la responsabilidad, etc. son los verdaderos temas que se deben tratar para formar en el sexo.

•   Es fundamental que nuestros hijos entiendan que la sexualidad es un tema más amplio que la genitalidad y las relaciones sexuales. La sexualidad es una responsabilidad con nuestro cuerpo y un compromiso con la vida.

•   Sé responsable informándote sobre las consecuencias de las relaciones sexuales, antes de aventurarte a transmitirle a tu hijo información sesgada o incompleta. Previamente tómate la tarea de investigar sobre las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), las implicaciones de un embarazo no deseado y los riesgos que se corren al practicar un aborto.  Informarlo bien es ayudar a prevenirlo.

•   Pensar que tratar el tema de los métodos anticonceptivos a una temprana edad es, supuestamente, inducirlos a tener relaciones sexuales, es caer en un error muy frecuente. Por el contrario, debes hablar con naturalidad sobre este importante asunto, para que tu hijo lo asimile y vaya tomando conciencia al respecto.

Por último, nunca cierres los canales con tus hijos. Ellos no son ingenuos, por el contrario, están en medio de un mundo saturado de información. Es tu labor ser la persona que los oriente y los guíe para que esa información contribuya a su formación.


METODOS DE ESTUDIO PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO ACADEMICO

La agilidad mental de un estudiante puede estar condicionada, más que por sus capacidades mentales, por su motivación. La aplicación de unas buenas técnicas de estudio que le permitan corregir ciertos hábitos puede mejorar o reforzar su rendimiento académico sustancialmente y fortalecer estímulos muy potentes que le lleven a triunfar donde antes había un fracaso tras fracaso.
No se trata de técnicas de memorización, reglas nemotécnicas o de lectura rápida que aquí se abordan muy de pasada. En muchos casos estas técnicas se superponen, por ejemplo, a una absoluta falta de concentración que le impide potenciar un mínimo rendimiento académico.
Sugerimos un método más amplio que ayude a explorar o evaluar las múltiples facetas del estudio y del propio estudiante, su autoestima, sus hábitos, etc. Hay muchos alumnos que no llegan hacer cosas tan sencillas como subrayar sus libros o sus apuntes; otros mantienen hábitos alimentarios o de sueño muy negativos, por no hablar de aquellos que tienen una escasa motivación para estudiar o para hacer planes y horarios.
En general en lo que se denomina "un mal estudiante" si se profundiza un poco, aparecen múltiples y diversos factores, más allá de una única causa explicativa de su bajo rendimiento.
En esas páginas nos proponemos estimular aquellas vertientes positivas que inciden favorablemente en la eficiencia del estudio, dando un rápido repaso a todas ellas. Hay que reconocer la escasez en el mundo hispánico de este tipo técnicas, frente a las técnicas americanas de estudio, ricas en contenidos y propuestas. En su mayor parte se seguirán diversas fuentes americanas ricas en consejos para estimular el aprendizaje.

BAJO RENDIMIENTO EN LAS AULAS ESCOLARES

En general los niños que presentan dificultades en el rendimiento o en su conducta, poseen leves alteraciones o retrasos en alguna o algunas áreas del desarrollo, ya sea cognitiva, biológica o emocional; sin embargo, no cumplen con los criterios para ser clasificados dentro de alguna categoría diagnóstica como retardo, déficit atencional, trastorno del aprendizaje u otra. Es decir no hay una “enfermedad” asociada que explique sus dificultades escolares, y de esos niños son los que nos referiremos en este artículo, vale decir niños aparentemente sanos del punto de vista médico pero que presentan mal rendimiento escolar.

Es de suma importancia mencionar que un estudiante con bajo rendimiento escolar es un estudiante “de riesgo”, esto significa que aumenta en él la probabilidad de presentar alteraciones conductuales y alteraciones emocionales como disminución en la sensación de auto eficacia, agresividad producto de la frustración, disminución de la autoestima e incluso caer en conductas como la drogadicción, el alcoholismo y finalmente la deserción.

Paralelamente existen algunos factores de riesgo que, eventualmente, potencian el problema y son proporcionados por el colegio. Por ejemplo: falta de recursos, falta de preparación por parte de los profesores en materias de manejo emocional de los niños, bajísimas compensaciones, cursos en extremo numerosos, etc.

Cuando un niño repite, no sólo es un fracaso del niño, sino de  los padres y de todo el sistema educacional, por lo tanto, estos tres sistemas están fallando y las intervenciones deben abordarlas a todos.
En cuanto al sistema educativo, existen además variables que son muy importantes en los docentes, independiente de su preparación académica. Algunos estudios han determinado que aquellos profesores cuyo trato es amable y amoroso, que enseñan con ternura y sentido del humor tienen mejores respuestas por parte de sus alumnos quienes presentan mejores notas.Son muchos los niños que presentando problemas de rendimiento escolar y de conducta, lamentablemente no son tratados. Esto no sólo genera problemas en el niño sino también en los profesores que muchas veces no saben cómo enfrentarlo. Se sienten sobrepasados. Al reconocer que ya no pueden manejar a un alumno, sienten como un propio fracaso en su calidad de docente u optan por culpar a la familia, entrando en un círculo vicioso que se orienta en buscar responsables, pero no en buscar la solución a ese problema específico.En general los niños que presentan dificultades en el rendimiento o en su conducta, poseen leves alteraciones o retrasos en alguna o algunas áreas del desarrollo, ya sea cognitiva, biológica o emocional; sin embargo, no cumplen con los criterios para ser clasificados dentro de alguna categoría diagnóstica como retardo, déficit atencional, trastorno del aprendizaje u otra. Es decir no hay una “enfermedad” asociada que explique sus dificultades escolares, y de esos niños son los que nos referiremos en este artículo, vale decir niños aparentemente sanos del punto de vista médico pero que presentan mal rendimiento escolar.

Es de suma importancia mencionar que un estudiante con bajo rendimiento escolar es un estudiante “de riesgo”, esto significa que aumenta en él la probabilidad de presentar alteraciones conductuales y alteraciones emocionales como disminución en la sensación de auto eficacia, agresividad producto de la frustración, disminución de la autoestima e incluso caer en conductas como la drogadicción, el alcoholismo y finalmente la deserción.

Paralelamente existen algunos factores de riesgo que, eventualmente, potencian el problema y son proporcionados por el colegio. Por ejemplo: falta de recursos, falta de preparación por parte de los profesores en materias de manejo emocional de los niños, bajísimas compensaciones, cursos en extremo numerosos, etc.

Cuando un niño repite, no sólo es un fracaso del niño, sino de  los padres y de todo el sistema educacional, por lo tanto, estos tres sistemas están fallando y las intervenciones deben abordarlas a todos.

En cuanto al sistema educativo, existen además variables que son muy importantes en los docentes, independiente de su preparación académica. Algunos estudios han determinado que aquellos profesores cuyo trato es amable y amoroso, que enseñan con ternura y sentido del humor tienen mejores respuestas por parte de sus alumnos quienes presentan mejores notas.Son muchos los niños que presentando problemas de rendimiento escolar y de conducta, lamentablemente no son tratados. Esto no sólo genera problemas en el niño sino también en los profesores que muchas veces no saben cómo enfrentarlo. Se sienten sobrepasados. Al reconocer que ya no pueden manejar a un alumno, sienten como un propio fracaso en su calidad de docente u optan por culpar a la familia, entrando en un círculo vicioso que se orienta en buscar responsables, pero no en buscar la solución a ese problema específico.